Cirugía de epilepsia mediante VNS Therapy: Dispositivos mínimamente invasivos para el control de epilepsias resistentes al tratamiento médico.
Uno de cada tres pacientes epilépticos no responde correctamente a los fármacos antiepilépticos.
Los pacientes farmacoresistentes deben someterse a valoración para cirugía de epilepsia, no todos los casos pueden ser candidatos a ella por diferentes motivos.
Las consecuencias de la epilepsia no controlada van más allá de las crisis epilépticas, ya que los/as pacientes pueden sufrir lesiones asociadas a las crisis, depresión, ansiedad, alteraciones del sueño, deterioro cognitivo y de la memoria e incluso muerte súbita asociada a epilepsia. Todo ello da lugar a un deterioro físico, psicológico y social, ya que afecta a las relaciones interpersonales, la capacidad de aprendizaje y el rendimiento escolar o profesional.
La estimulación del nervio vagal ha demostrado ser un tratamiento eficaz en algunos/as pacientes con epilepsias resistentes al tratamiento médico que no sean candidatos a cirugía estándar de la epilepsia. Se trata de un procedimiento mínimamente invasivo que consiste en colocar un generador tipo ‘marcapasos’ a nivel subcutáneo, el cual envía impulsos eléctricos al cerebro a través del nervio vago izquierdo. El procedimiento se realiza en 1-2 horas de quirófano habitualmente, siendo necesarios controles posteriores por su neurólogo/a mediante visitas rutinarias en las que mediante un dispositivo externo es posible optimizar los parámetros. En general no presenta efectos secundarios relevantes y se puede combinar con la medicación antiepiléptica.
Los últimos modelos no solo ofrecen la posibilidad de lanzar un estímulo en el momento de notar una crisis para evitar que esta progrese, sino que disponen de detectores automáticos de cambios en la frecuencia cardíaca, lo cual puede estar asociado al inicio de una crisis epiléptica, disminuyendo la tendencia a la propagación y/o generalización de la actividad epiléptica.
Con todo ello, la mayoría de los/as pacientes experimentan una menor frecuencia, gravedad e intensidad de las crisis, así como una mejoría en la cognición, consiguiéndose en muchos casos una mejoría de su calidad de vida.